- Sébastien Ogier lidera el campeonato con 224 puntos tras sumar cinco victorias en ocho rallyes, demostrando una superioridad abrumadora pese a su programa parcial.
- El francés ha cambiado su mentalidad: de buscar victorias sueltas ha pasado a creerse con opciones reales para conseguir su noveno título mundial que le igualaría a Sébastien Loeb.
- Su clave del éxito radica en su solidez, saber cuándo atacar y su velocidad imbatible cuando decide dar el paso, como demostró en Chile.
Sébastien Ogier está viviendo una temporada histórica en el Campeonato Mundial de Rallyes (WRC). Con cinco victorias en ocho rallies (Montecarlo, Portugal, Italia, Paraguay y Chile), el francés supera ampliamente las dos de Elfyn Evans y Kalle Rovanperä, y la que ganaron tanto Ott Tänak como Oliver Solberg. Estas cifras serían impresionantes para cualquier piloto, pero lo son aún más para un hombre con 66 victorias en su palmarés, ocho títulos mundiales y que comenzó la temporada con un programa teóricamente parcial. La clave: Ogier decidió volver a lanzarse al barro con entre ceja y ceja el sueño del noveno mundial.
El cambio ha sido radical. Ahora Ogier domina el campeonato con 224 puntos, endosando dos a Evans (222) que fue líder durante buena parte del WRC, 21 a Rovanperä y dejando muy lejos al casi descartado Tänak (181 puntos). Se ha saltado Suecia, el Safari y Estonia, pero vive tal momento de forma que ya no solo le mueve ganar rallyes, ahora pone las miras en volver a ser campeón del mundo. Si lo consigue, igualaría el récord de Sébastien Loeb con nueve coronas mundiales.
La Clave del Éxito y el Ejemplo de Chile
La clave del éxito de Ogier es la misma que le hizo arrasar cuando fichó por Volkswagen y tiranizó los rallyes, o la que le dio alas en Ford y Toyota. Es sólido, sabe cuando atacar y si da el paso, nadie está a su altura. Chile fue un ejemplo perfecto: pasó al ataque ante el pinchazo de Rovanperä y la rotura de Tänak, y sumó el pleno de puntos disponible (35) al ganar el rally, ser el más rápido del domingo y de la Power Stage. Esta capacidad para maximizar los resultados en momentos clave es lo que le distingue del resto.
El propio Ogier reconoce su momento: "Creo en mis oportunidades de título. Pero no soy el único. Estoy por mi parte motivado y va muy bien, me siento bien y la velocidad es excelente. Confío en seguir siendo rápidos, pero sé que para ganar un título hay que combinar muchas más cosas". Sobre la posibilidad de igualar a Loeb, mantiene una perspectiva pragmática: "No era una prioridad porque no iba a hacer el curso al completo. Pero este año soy afortunado y abrazo la oportunidad. Aunque realmente no es mi prioridad".
El Final de Temporada y el Futuro
Literalmente, Ogier pasó del sofá de casa a la lucha por la corona. De 'solo' buscar victorias a creerse con muchas opciones de título cuando al calendario solo le restan tres citas: Europa Central (donde nunca ha ganado), Japón (un rally que a Toyota le sonríe) y Arabia Saudita (el desconocido fin de fiesta del calendario 2025). Sería su broche ideal, aunque para nada provocaría su retirada si es capaz de ganarlo.
El francés de 41 años es claro sobre su futuro: "Mi carrera dura más de lo que pensaba, pero lo importante es que sigo competitivo y luchando por la victoria. Mientras funcione bien, es difícil parar de alguna manera. No quiero hacer ningún plan". Mientras tanto, sigue siendo el que parte el bacalao en el WRC, demostrando que la experiencia, la inteligencia táctica y el talento puro siguen siendo combination imbatible en el mundo del rally.
Jaanus Ree / Red Bull Content Pool