- Más de cien personas del mundo del motor se reunieron en Gijón para homenajear al copiloto Alfredo Álvarez "El Bolas".
- Se expusieron tres coches históricos en los que compitió: Mitsubishi de César Gutiérrez, Ford Fiesta de Ángela Cardín y Lancia 037 de José Ramón Campos.
- El acto reconoció su trayectoria desde 1978 y el cariño que ha sabido ganarse en el mundo del automovilismo durante décadas.
El mundo del motor asturiano se volcó en un emotivo homenaje a Alfredo Álvarez "El Bolas", uno de los copilotos más queridos y respetados del panorama automovilístico. Más de un centenar de personas, entre compañeros, familiares y amigos, se dieron cita en El Llagar el Trole de Gijón para celebrar una velada cargada de reconocimiento y cariño bajo el lema "De tu pasión has hecho tu vida", que resume perfectamente la trayectoria del homenajeado.
Una carrera que comenzó en 1978
La decoración del local incluyó un detalle muy especial: en el exterior se expusieron tres coches emblemáticos en los que Alfredo Álvarez había competido a lo largo de su extensa carrera. Los asistentes pudieron admirar el Mitsubishi de César Gutiérrez, el Ford Fiesta de Ángela Cardín y el espectacular Lancia 037 de José Ramón Campos, con el que disputó su última carrera hasta la fecha. Una muestra tangible de una dedicación que comenzó en el Rally de Gijón de 1978.
Una velada de recuerdos y anécdotas
Durante la emotiva velada, compañeros de equipo, amigos y familiares compartieron anécdotas, fotografías y recuerdos de toda una vida dedicada al automovilismo. Aunque Alfredo se encuentra actualmente recuperándose de una rotura de peroné, todos los presentes coincidieron en que regresará más fuerte que nunca a los tramos. Como cada año, bromeó con que "colgará el casco", pero quienes le conocen saben que su pasión por los rallys le mantendrá compitiendo durante mucho tiempo.
Reconocimiento a una trayectoria ejemplar
Este homenaje no solo reconoció la extensa trayectoria deportiva de Alfredo "El Bolas" y su compromiso con el automovilismo, sino también el cariño y el respeto que ha sabido ganarse a lo largo de todos estos años tanto dentro como fuera de las carreras. La noche se convirtió en un testimonio colectivo del impacto que ha tenido su figura en el motor regional y nacional, celebrando una vida dedicada a su gran pasión.