El sector de la automoción en España ha presentado el Plan España Auto 2030, una hoja de ruta estratégica consensuada con el Gobierno y todos los agentes del ecosistema.

El plan articula 25 medidas prioritarias para impulsar la electrificación, atraer inversión y aumentar el valor añadido del sector a 120.000 millones de euros en una década.

Se definen 5+1 medidas estrella clave, que incluyen un programa de autonomía estratégica, ayudas a la compra y un despliegue masivo de infraestructura de recarga.

La industria de la automoción española ha dado un paso decisivo al presentar el Plan España Auto 2030, una estrategia compartida para asegurar su futuro industrial en la próxima década. Elaborado por ANFAC en colaboración con el Ministerio de Industria y con la participación de toda la cadena de valor, el plan busca transformar el modelo productivo hacia la movilidad electrificada manteniendo la competitividad.

El acto de presentación, celebrado en el Ministerio de Industria y Turismo, contó con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente de ANFAC, Josep María Recasens; y los ministros Jordi Hereu y Sara Aagesen. Este respaldo institucional subraya la importancia del plan como un proyecto de país.

“El Plan España Auto 2030 es una oportunidad país que necesitamos de forma inmediata para no perder el liderazgo del sector del automóvil en Europa”, destacó Josep María Recasens.

El documento se estructura en tres grandes ejes de actuación: industria, mercado e innovación. Su objetivo principal es ambicioso: impulsar el valor añadido generado por el sector desde los 85.000 millones de euros actuales hasta los 120.000 millones de euros para el año 2030.

Dentro de este marco, se han identificado 5+1 medidas estrella consideradas palancas tractoras esenciales para la transformación del sector. Estas medidas son las siguientes:

• Programa de Crecimiento y Autonomía Estratégica: Dirigido a transformar la cadena de suministro, atraer la fabricación del vehículo electrificado y desarrollar la industria de baterías y nuevos componentes.
• Plan Innovemos: Para impulsar la I+D+i colaborativa, centrándose en baterías, componentes eléctricos y vehículo autónomo y conectado.
• Sello “inversiones bien hechas en España”: Una herramienta para atraer capital extranjero que se integre y colabore con el ecosistema industrial local.
• Continuidad de las ayudas a la compra: Actualización y agilización de los programas de incentivos para la adquisición de vehículos electrificados.
• Plan Nacional de Infraestructura de Recarga: Despliegue coordinado a nivel nacional, autonómico y provincial, con objetivos anuales claros.
• Medidas de competitividad industrial: Incluyen programas de talento especializado, mejora de la productividad y reducción de costes energéticos.

En el ámbito del mercado, el plan no solo apuesta por mantener las ayudas, sino también por estudiar reformas fiscales que fomenten la adopción del vehículo electrificado, tanto en el segmento ligero como pesado, y en flotas públicas y privadas.

“La movilidad eléctrica y conectada no es una amenaza, sino la mayor oportunidad que hemos tenido en décadas”, afirmó el presidente de ANFAC.

Uno de los aspectos más críticos para el éxito de la transición es el despliegue de infraestructura. El Plan España Auto 2030 propone un despliegue masivo y coordinado, reforzando el papel del Grupo de Trabajo de Infraestructura de Recarga para el Vehículo Eléctrico (GTIRVE).

Para garantizar la ejecución y el seguimiento del plan, se establece un modelo de gobernanza robusto. Este incluirá un Comité de Ejecución con un plenario, una comisión ejecutiva, una mesa territorial y diversos grupos de trabajo, asegurando la colaboración continua entre todos los agentes públicos y privados.

El presidente de ANFAC hizo hincapié en la urgencia de la acción. Subrayó que el desafío no es vender coches hoy, sino garantizar que España siga teniendo fábricas mañana. El plan se presenta como una herramienta consensuada y transversal, fruto del diálogo entre todos los actores del sector.

Con esta hoja de ruta, España se posiciona para convertir la transición ecológica en una palanca de reindustrialización y crecimiento. El objetivo final es claro: consolidar al país como uno de los principales polos industriales y tecnológicos de la nueva automoción en Europa.